martes, 30 de diciembre de 2008

Laocoonte y sus hijos devorados por serpientes


El sacerdote Laocoonte advirtió a los troyanos de la emboscada que los destruiría. El caballo de madera a las puertas de la ciudad podía estar lleno de soldados griegos, pero nadie le creyó. Puede que pronunciara el equivalente a la célebre frase latina "Timeo Danaos et dona ferentes" ("Tengo miedo de los griegos y hasta de los regalos que ofrecen"). Trató de incendiar aquel artilugio de guerra lanzándole dardos en llamas, pero entonces dos serpientes salieron del mar y atraparon a sus dos hijos. La escultura que se conserva en el museo Pío-Clementino del Vaticano muestra al valeroso hombre tratando de evitar la muerte de sus hijos, como cuando un padre se lanza al mar para impedir que se ahoguen. El conjunto escultórico data del año 50 d. C. y se cree que fue propiedad de Nerón para decorar su fastuoso palacio conocido como Domus Áurea. Fue realizado en mármol blanco y rosa por los escultores Agesandro, Atenodoro y Polidoro de la escuela helenística de Rodas.

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