martes, 20 de enero de 2009

Vuelo JK-5022 con destino al cielo



Hoy, martes 20 de enero, se cumplen cinco meses del trágico accidente que segó la vida de 154 personas en un avión modelo MD-82 de la compañía aérea Spanair. No soy dado a los aniversarios. Simplemente pienso que cualquiera de nosotros podía haber estado allí y haber sobrevivido o no. Comparto con Ray Bradbury e Isaac Asimov la aprensión, el miedo, y por qué no admitirlo, el pánico a volar. Incluso el vértigo a las alturas. Tal vez eso explique por qué me acuerdo con frecuencia de este desgraciado percance. Y la canción que asocio a este desastre aeronáutico la canta como nadie un compositor lleno de talento y fuerza: el portorriqueño Don Omar, el rey del reggaetón.


"¡Hey! ¿Quiénes son? ¡Eliel! ¡Don! ¡El rey! ¡El rey!


Amaneció bajo las alas de la muerte... de la muerte,

aquellos brazos de hombre que la aprietan fuerte... fuerte.

Todavía le late el alma, el corazón no lo siente... no lo siente.


Amaneció bajo las alas de la muerte.

Y vuela, vuela, vuela, angelito vuela,

que ya no me quedan muchas horas de vida desde tu partida.

Angelito vuela, angelito vuela,

que tampoco te quedan muchas horas de vida.

Marqué tu partida, angelito.


(...)



Tal vez fueron las copas, el ambiente o tanta gente

o aquella excusa frecuente

o aquel refrán de que la vida es sólo una

y hay que vivir el presente.



Qué engaño, dos extraños jugando a quererse.

En lo oscuro el amor no puede verse.

Es que tengas la vida de frente.

Es morir o detente, detente.



De nada vale llorar, tan sólo queda volar,

sólo expande tus alas, coge vuelo y no vuelvas más.


(...)


Irónico el momento en que el amor se convierte en muerte.

Que descansen en paz.

Vive la vida minuto a minuto y encontrarás en cada uno de ellos

un motivo por el cual conducirte en la forma correcta.

Te lo aseguro."


(Tema compuesto por William Omar Landrón Rivera, Puerto Rico, 1978)


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