sábado, 30 de mayo de 2009

EL SENTIR DE MI TIERRA


Agrupación folclórica de Lanzarote

Rondalla de La Gomera


LA ÚLTIMA FOLÍA

"¡Soy el hijo pobre de un risco costero
pero soy decente y un buen marinero!"


Traje típico de Fuerteventura


"Yo buscaba en los puertos esperanza y encontré agua, casas viejas, barcos podridos, y un amigo entrañable que me contó de un lugar maravilloso, lleno de sensaciones volcánicas. Me habló de los pies calientes de sus gentes, del grito ausente de sus amigos en las noches envinagradas de las cantinas costeras, de un Cristo grande. Marinero hambriento de praderas, él me hablaba de barcos, de redes y de jarcias. Yo le hablé de la Pampa, de los pájaros, de las flores. Los caballos para él tenían el halo de mito que poseían las aves marinas para mí. Un día me dijo: todo el mundo habla de volver a su casa, pero la casa de todo el mundo es hipotética. Yo creo que lo único real en el mundo es mi casa. Mi casa es un archipiélago entero, es una casa concreta, infinita. A dónde mires es tu casa. A dónde vayas es tu gente. Marinero irredimible, cantor, guitarrero, minero, me contaba cuando iba con la centuria a envinagrarse, y me hacían gracia sus expresiones tan típicas, tan folclóricas. Un hombre que no se dejaba influenciar por nada de lo que había visto. Un día me dijo: hermano, tú has escuchado folías, pero no conoces la folía, como no conoces los aires de mi tierra, como solamente has escuchado la música de mi tierra. Bueno, quizá haya sido un poco cruel conmigo, pero tenía razón. Él me hizo conocer la folía."


Bendito Cristo de La Laguna en Tenerife


"¡Ay, Cristo del navegante, Señor de esta tierra mía!
¡Ay, Señor! ¡Señor de esta tierra mía!
¡Quiero dejar mi plegaria al soco de una folía!
¡Ay, Cristo del navegante, Señor de esta tierra mía!"


Romero en las fiestas de Teror

Carroza de San Bartolomé de Tirajana en la ofrenda a la Virgen del Pino


Jóvenes canarios divirtiéndose en la fiesta nacional del 30 de mayo

Fuegos artificiales en la playa de Las Canteras

"La última vez que nos vimos era a mediados del verano. Era el momento en que él vivía, en que se sentía identificado con la naturaleza, porque no concebía el frío. Me dijo que era hijo de un volcán. ¡Qué bonito que era estar así hasta las tres o cuatro de la mañana sentados en una terraza conversando como solíamos hacerlo cada día, o tocando esa guitarra tan pequeñita y con ese sonido tan profundo, esa guitarra canaria que le llaman el timple. Cuando cogimos la última curda estuvimos prácticamente dos días y dos noches sin hablarnos, y a última hora, como obedeciendo un mandato telúrico nos lanzamos. Yo empecé a cantar cosas de mi tierra y él me hizo escuchar sólo una folía, una última folía. Al otro día, aquel amigo mío, aquel amigo entrañable, tenía las manos blancas y frías. No sé si tenía los pies calientes todavía. Canariote, por esos recuerdos bonitos, por esos momentos pasados, por todo ese cúmulo de sinceridad, yo también te dedico una folía, una última folía."
(Canción del intérprete argentino Tito Cava)

Monumento a los parranderos en Santa Cruz de la Palma

Siete islas y una patria

3 comentarios:

  1. Buenas noches Andres, bellisima su tierra.
    Haga el favor usted de "dejar" alguncomentario amable a Susana, le han dejado una groseria de las duras.
    Gracias buen amigo y feliz domingo.

    Una mujer

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  2. Me venía acordando estos días de este tema que alguna vez sonó mucho. Sigue siendo muy emocionante. Lástima no encontrar el sonido.

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