jueves, 11 de marzo de 2010

El poeta que abrió los ojos a lo más importante


John Keats
(Londres, 1795 - Roma, 1821)

ODA A UNA URNA GRIEGA

Tú, todavía virgen esposa de lo inmóvil,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso, ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o quizá de ambos,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres?
¿Qué doncellas esquivas? ¿Qué rapto delirante?
¿Y esa loca carrera? ¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas flautas y tambores, ese salvaje frenesí?


Casa donde vivió y murió John Keats en la Piazza di Spagna de Roma

Si las melodías oídas son dulces,
más lo son las que no se oyen.
Sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Audaz amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances o por más que te aproximes,
mas no te desesperes: marchitarse no puede
pese a que no calmes tu ansia,
¡será tu amante siempre y siempre será hermosa!


La casa es hoy un museo dedicado a Keats y su amigo Percy Bysshe Shelley

¡Dichosas ramas de hojas perennes
que nunca derramasteis vuestras hojas
ni os abandonará jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que jamás te has cansado
siempre modulando cantos eternamente nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Amor feliz continuamente encendido!
Por siempre tembloroso y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven.
¡Cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado
con la garganta y la frente abrasadas de ardores!


Placa conmemorativa situada en la casa-museo de la Plaza de España

¿Quiénes serán los que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso sacerdote,
llevas esa ternera que muge hacia los cielos
con el suave lomo cubierto de guirnaldas?
¿Qué lugar, en la orilla del mar o de algún río,
con dulce ciudadela erigida sobre un monte,
se vació de gente esta mañana piadosa?
¡Oh, humilde pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, sin nadie que regrese
ni pueda volver para proclamar al cielo
por qué te dejaron tan abandonado y triste!


Tumba de John Keats en el cementerio protestante de Roma

¡Ática imagen!
¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma!
¡El enigma nuestro pensar excede
como la eternidad misma!
¡Oh, pastoral detenida!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo,
tú permanecerás entre penas distintas
que ya no serán nuestras,
recordando a los hombres y diciendo:

«La belleza es verdad y la verdad belleza»
Nada más se sabe en esta tierra
y no más hace falta.


En el monolito izquierdo sobre su sepulcro puede leerse un inolvidable verso suyo: "Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua"

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