lunes, 17 de mayo de 2010

El líder del pensamiento conservador y patriota


Federico Jiménez Losantos
(Teruel, 1951)
El hombre que evolucionó del maoísmo al liberalismo

LA IZQUIERDA EN RUINAS

El numerito de los amigos de Baltasar Garzón, que son también los amigos ideológicos -titiriteros- y socios políticos de Zapatero -comunistas del pleistoceno y separatistas del cieno-, arroja una luz que podría ser de noviembre: inclemente y fría, sin esperanzas de luz. La izquierda clásica o comunista, antinacional como nunca, ha retrocedido en táctica e ideas a extremos abandonados desde el desventurado José Díaz Ramos, la entronización de 'La Pasionaria' y el ascenso de Santiago Carrillo y los querubes soviéticos de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas). Pocos han estudiado ese PCE de antes de convertirse en oficina del Kremlin, vigilada hasta 1939 por "Ercoli" (alias de Palmiro Togliatti) y pastoreada por Georgi Dimítrov y "Stépanov" (pseudónimo de Stoyán Mínev), cuyos informes desclasificados al caer la URSS son los que incriminan a Carrillo en la masacre de Paracuellos, ésa que Garzón rechazó investigar.


El 21 de mayo de 1981 fue secuestrado y tiroteado en la rodilla a manos de un comando del grupo terrorista catalán "Terra Lliure" (Tierra Libre) por cometer el pecado imperdonable de promover la defensa del bilingüismo en Cataluña


Pero su condición de secta boba la prueban sus pintadas en la Plaza de Oriente tras huir cobardemente Alfonso XIII a Italia con el equivalente a 48 millones de euros actuales: "¡Vivan los soviets!". Nadie en Madrid sabía qué eran los soviets. Y los pocos que lo sabían, tanto en el PSOE, como De los Ríos, o en la CNT, como Andreu Nin, que viajaron y hasta colaboraron con Lenin, acabaron espantados por la crueldad soviética y la hambruna de los más pobres.


El periodista Luis del Olmo lo llamó "pequeño talibán de sacristía" intentando desacreditarlo


Pero cuarente años después, el PCE se reinventó. Fue en los años setenta, poco antes y después de la muerte de Franco, con el eurocomunismo de Enrico Berlinguer, Georges Marchais y el propio Santiago Carrillo, éste esgrimiendo su política de Reconciliación Nacional y el pacto con Adolfo Suárez y el rey Juan Carlos. Luego se vio que, como denunció Ramón Tamames, Carrillo nunca entendió la evolución interna de los afiliados del PCE hacia las libertades. De ahí la desbandada hacia el PSOE en el 82, remendada por Julio Anguita y descosida por Francisco Frutos y Gaspar Llamazares. Si 24 diputados en 1977 eran un fracaso, ¿qué son dos en 2008?

La gran mancha de su brillante carrera fue el apoyo que brindó a la invasión de Irak, atreviéndose a pronosticar un futuro de liberación para el país que no concuerda con la situación actual ni se compadece con las miles de vidas que costó una guerra de rapiña colonial iniciada bajo la falsa premisa de un inexistente arsenal de armas de destrucción masiva

Pero lo peor es que Garzón, símbolo de la Audiencia Nacional, antes TOP (Tribunal de Orden Público), montando numeritos contra la Reconciliación Nacional propios del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y la ETA (Euskadi Ta Askatasuna o "País Vasco y Libertad"), enriquecido personalmente sacándoles dinero a los banqueros, y que atropella el derecho de los detenidos a comunicarse con su abogado (no hay ya ex-reclusos de la dictadura), sea el ídolo de esta izquierda apayasada, chequista y sociata por delegación. El PCE vuelve a José Díaz y pierde lo que ganó en los 70, acogiendo a los disidentes del franquismo. Endiosando a Garzón, aplauden a Andrej Vichinsky y elogian a Francisco Franco. Ésta es la izquierda en ruinas. La derecha arruinada merece comentario aparte.

(Artículo de opinión escrito por Federico Jiménez Losantos y publicado en el diario "El Mundo" el lunes 17 de mayo de 2010)

Sin lugar a dudas, Federico Jiménez Losantos es un superhéroe para los liberales, el cerebro mejor dotado para el ejercicio de la oposición contra la izquierda (a la que conoce bien desde dentro, pues militó en el partido Bandera Roja, de filiación maoísta). También encarna la lengua más viperina de la ideología de centroderecha. Y sobre todo, su posición es la del incorruptible fustigador del PSOE completamente inasequible al desaliento

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