domingo, 17 de octubre de 2010

De quien logró delinear la perfección de la poesía


Antonio Gala Velasco
(Ciudad Real, 1936)

SONETOS DE LA ZUBIA,
PUEBLECITO DE GRANADA

28

Ya yo me voy y tu promesa llevo
como quien agua en unas redes lleva,
que no es aquí ninguna traición nueva
y ningún juramento es aquí nuevo.

No sé por qué razón otra vez pruebo
a darte fe, si soy la viva prueba
de que en ti la mentira se renueva
igual que en el amor yo me renuevo.

Caerá el otoño sobre los frutales,
caerá al lagar el mosto desangrado
y en el campo las lluvias iniciales.

Caerá diciembre y me hallará cansado
de esperar, a destiempo, los rosales
que me ofreciste un día ya olvidado.



36

Como rasguña un mal peón de brega
al toro noble con su rehilete;
como con su capote un matasiete
la negra majestad rinde y doblega,

a mi ancho corazón tu mano ciega
con estoques de niño lo acomete.
Acaba ya: si quieres irte, vete;
si matar, mata; si negarme, niega.

Ni alegre está mi corazón, ni triste:
en este crimen él no toma parte;
no puede herirte mientras agoniza.

Cuando vuelvas al sitio que perdiste,
en lugar de mi amor has de encontrarte
un testamento escrito en su ceniza.


El inmortal diestro José Tomás Román Martín (Galapagar, 1975) ejecutando una revolera por alto en la plaza de toros de Valencia una tarde de verano del año 2009

62

Hoy vuelvo a la ciudad enamorada
donde un día los dioses me envidiaron.
Sus altas torres, que por mí brillaron,
pavesa sólo son desmantelada.

De cuanto yo recuerdo, ya no hay nada:
plazas, calles, esquinas se borraron.
El mirto y el acanto me engañaron,
me engañó el corazón de la granada.

Cómo pudo callarse tan deprisa
su rumor de agua clara y fácil nido,
su canción de árbol alto y fácil brisa.

Dónde pudo perderse tanto ruido,
tanto amor, tanto encanto, tanta risa,
tanta campana como se ha perdido.

(Poemas escritos por el excelso escritor Antonio Gala e inlcuidos en su libro "Poemas de amor", Barcelona, Planeta, 1997, 2ª edición, pp. 351)


Puente romano sobre un meandro del río Guadalquivir a su paso por Córdoba, la ciudad adoptiva del ilustre escritor Antonio Gala

1 comentario:

  1. El poema 19 es mi favorito:

    A trabajos forzados me condena
    mi corazón, del que te di la llave.
    No quiero yo tormento que se acabe,
    y de acero reclamo mi cadena.

    No concibe mi alma mayor pena
    que libertad sin beso que la trabe,
    ni castigo concibe menos grave
    que una celda de amor contigo llena.

    No creo en más infierno que tu ausencia.
    Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
    Que ningún juez, declare mi inocencia,

    porque, en este proceso a largo plazo,
    buscaré solamente la sentencia
    a cadena perpetua de tu abrazo.

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