lunes, 11 de abril de 2011

Cómo veo a las personas en un día de tristeza



SER CORPÓREO

Hablamos con nuestros cráneos como cajas de resonancia.
Utilizamos cuerpos vertebrados que descansarán pronto
en los cementerios. Estamos yertos por dentro, en el fondo,
y tratamos de no admitirlo ni concederle importancia.



Hacemos uso de esqueletos confiriéndonos prestancia.
Nos atraemos con la carne, cuyo lánguido deterioro
cada año es más palpable. No tenemos más que un poco
de tiempo y un organismo con el que jugar nuestras cartas.



Aun así, nos enamoramos de las superfluas apariencias.
Las interioridades hermosas están bien si acompañan.
La enfermedad, la senectud y lo feo, no se toleran.



Vivimos viendo pasar la vida con rostros que no regresan
nunca, y los que son similares a los muertos nos extrañan.
A cada uno le espera un nicho que pudra sus miserias.

 
 

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