domingo, 24 de abril de 2011

Escuchando a un escritor exótico y vilipendiado


Vidiadhar Surajprasad Naipaul
(Chaguanas, Trinidad, 1932) 

Sir Vidia Naipaul, premio Nobel de Literatura en el año 2001, ha recorrido seis países subsaharianos (Uganda, Ghana, Nigeria, Costa de Marfil, Gabón y Sudáfrica) para poder escribir un libro que durante esta primavera lanzará la editorial Mondadori a las librerías. Su título: Máscaras de África. La periodista Irene Hernández Velasco, enviada especial del rotativo "El Mundo", lo entrevistó en la ciudad italiana de Udine, muy cercana a Trieste, célebre ésta última por haber acogido durante un tiempo a James Joyce. He aquí, tal vez, lo más interesante:

Irene: ¿La religiosidad que encontró en África era la que esperaba o le ha sorprendido?

Vidia: El concepto de energía que encontré en Gabón me sorprendió.

Irene: Éste es un libro pesimista. Da la sensación, después de leerlo, de que África se encuentra atrapada en una religiosidad terrible e inhumana que condiciona todos los aspectos de la vida y que incluye prácticas tan espantosas como los sacrificios humanos.

Vidia: Yo no entro a juzgar, me limité a ir allí para ponerme a contar lo que vi. Sólo he escrito lo que he presenciado con el mayor rigor posible.


"L'impatient"
("El impaciente")
Jean Pierre Gack

 Irene: Muchas personas le acusan de ofrecer una imagen espantosa y sobre todo parcial de África.

Vidia: Hay que dar tiempo al tiempo y esperar a ver en qué acaban esos comentarios.

Irene: Sus dos libros sobre el islam, Entre los creyentes y Al límite de la fe, le valieron furibundas críticas y acusaciones de antimusulmán.

Vidia: Le debo confesar que me gusta cuando provoco una reacción negativa, porque eso significa que sigo siendo irritante. Y eso es bueno. Lograr irritar a la gente es un modo de saber que tus palabras aún siguen teniendo un efecto. Si tus palabras no tienen efecto en la gente significa que probablemente has entrado en el ciclo de morir.

Irene: ¿Usted es creyente?

Vidia: No, no tengo fe en nada.


"Me gusta el color"
Chéri Samba
(Congo, 1956)

Irene: El libro destila una especie de superioridad intelectual por su parte. Como, por ejemplo, cuando afirma que al no tener tradición escrita sino sólo oral, el África subsahariana carece de cimientos sobre los que levantar su propio desarrollo intelectual.

Vidia: Creo que no tener una tradición escrita es una debilidad intelectual. Depender sólo de la tradición oral hace que nunca estés seguro de la verdad, que siempre sospeches de la Historia.

Irene: ¿Qué es lo que más le ha sorprendido durante este viaje a África?

Vidia: Lo más extraordinario ha sido descubrir que, a pesar de que se trata de un gran continente, en todo él es muy similar la idea de la magia, de la adivinación del futuro y ese tipo de cosas. En toda África la magia condiciona la vida. Cuando estábamos en el mercado muti de Sudáfrica, donde se venden restos humanos y animales para prácticas mágicas, nos encontramos con la policía. Me sorprendió y pregunté qué hacían allí. Me respondieron que estaban buscando a un criminal muy peligroso y que para cogerlo y estar protegidos necesitaban magia. Y aún le voy a contar más: en Inglaterra hace unos cinco años fue hallado en el Támesis el cadáver de un niño negro sin cabeza y sin miembros. Estoy convencido de que ese niño fue sacrificado.


"Déesse égyptienne au tam-tam"
("Diosa egipcia del tam-tam")
Florence Béal-Nenakwé
(Camerún, 1972) 

Irene: ¿Tiene la sensación de que a estas alturas usted se ha convertido en una figura controvertida y que diga lo que diga o haga lo que haga siempre va a haber quien lo critique?

Vidia: Yo sólo trato de contar la verdad. ¿Y sabe quizás por qué soy polémico? Porque cuento lo que veo sin que me importe nada más. Cuando escribí Al límite de la fe (1998), muchos me llamaron directamente bastardo, me insultaron, me despreciaron. Y ahora, muchas de esas mismas personas me alaban porque dicen que fui el único en ver que iba a ocurrir algo como lo que sucedió en las Torres Gemelas. Lo único que me interesa es seguir mi dharme.

Irene: Perdón, no le he entendido. ¿Seguir el qué?

Vidia: Mi dharme. Es un concepto hindú que significa que has nacido para hacer algo. Yo creo que he venido al mundo para escribir y contar lo que veo, y eso es lo que he hecho toda mi vida, eso y nada más. Es muy fácil criticarme sentado cómodamente en el despacho de una universidad occidental por un libro como Máscaras de África. Los hijos de esa gente, a diferencia de los de muchos africanos, no son mutilados, no son asesinados y sus cadáveres no bajan flotando por un río.

Irene: ¿Pero de veras no le importa que le llamen racista o fascista, como le ha calificado The Sunday Times a raíz de este último libro?

Vidia: No me importa nada. The Sunday Times me ha acusado de escribir de un África, o de una parte de África, que es verdaderamente repulsiva. Consideran que hay otro modo de escribir. Sí, es verdad, hay un montón de programas de radio dedicados a la música africana, al baile africano... Pero en África pasan también otras cosas. Y, sobre todo, creo que esa actitud no ayuda para nada a África.


"Les gardiens de la terre"
("Los guardianes de la tierra")
Jacques Beaumont

Irene: ¿Es por su amor a la verdad por lo que ha permitido que Patrick French escribiera una biografía que, con perdón, le retrata como un monstruo insensible, sádico y misógino?

Vidia: Esa biografía ha sido un gran error, un gravísimo error. Yo le di libre y completo acceso a todos mis papeles. A partir de un determinado momento dejó de consultarme y se limitó a dar sólo una versión de los hechos. Es un mal libro. Yo creo que Patrick se quedó tan impresionado con parte del material que se montó una fantasía. Y de ese modo ha hecho un libro parcial, desequilibrado. Más que una biografía es una novela. Se trata de una biografía autorizada, pero no aceptada. Esperaba una biografía y me encontré con un libro de escándalos repleto de incorrecciones desde el punto de vista factual.

Irene: ¿Se imaginó alguna vez, cuando usted era un joven inmigrante de Trinidad y Tobago llevando una vida durísima y desdichada en Londres, que llegaría a ser un novelista respetado, que ganaría el premio Nobel?

Vidia: No, nunca se me pasó por la cabeza que podría ganar el Nobel. Quería ser respetado, por supuesto, y quería ser famoso. Ése es el principal motivo que me llevó a escribir. Pero no tenía ninguna ambición de ganar un premio en concreto.

(Extractos de una entrevista publicada por el diario 
"El Mundo" el domingo 30 de enero de 2011)


"Kindness for wildlife"
("Amabilidad con la vida salvaje")
Peter Mbugua
(Kenia)

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