martes, 21 de junio de 2011

Lo que suele ocurrirnos en el declinar de la vida


"Venus, Cupido y Sátiro"
Sebastiano Ricci
(Belluno, 1659 - Venecia, 1734)

FLECHAZO CADUCO

El cuerpo le destella de blancura.
Cuando la ve, está sentándose
a la sombra de un aligustre
en el banco de un parque público.
Su semblante alberga incrustados
en los ojos dos piedras preciosas.
Él la mira porque no puede creerlo.
No es posible tanta belleza, tanto derroche,
se dice a sí mismo. Ella cruza las piernas,
aumentando el poder de atracción con sus curvas.


"Baigneuse assise"
("La bañista sentada")
Pierre-Auguste Renoir

(Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919)

Él traga saliva, su corazón le late aprisa
y sin embargo, la mira con tristeza.
Ella le sonríe, ajena al tormento
de su deseo insatisfecho. Quizá disfruta.
Él no puede saberlo. Es tan exquisita,
tan hermosa. Le gustaría ahora poder
besarla en la boca y recorrer su rostro
con el aliento, los labios y la lengua. Intuye
el rechazo al apetito que le ha despertado
mientras se le sigue apareciendo allí,
frágil como un espejismo.



Con sus delicadas manos ha extraído
del bolso un teléfono móvil.
Imagina que lo apaga, la abraza
y se comunican el uno al otro
mediante un túnel de saliva.
En ese momento advierte
que ha llegado alguien. Un joven
alto y vigoroso. Al mirarlo, a la muchacha
le brilla todo en la cara. Era una cita.
Entonces el pobre viejo gira la cabeza
y prosigue su camino con lentos pasos.


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