viernes, 7 de octubre de 2011

Herido de muerte entre los festejos de la victoria



UN LACEDEMONIO CAÍDO EN PLATEA
 
No podré jamás ver el santuario de Apolo
en Delfos. Siento que nunca llegaré a tiempo
de participar en la ofrenda del armamento
enemigo. Fui seleccionado por los éforos



Templo de Apolo en Delfos


para estar entre los hoplitas del ejército
que integraban la guardia del rey Arquidamo.
Tuve una dura infancia en la que, huérfano,
mi vida se centró en llegar a ser guerrero. 


Madre e hijo espartanos

No puedo ingerir ni un bocado del queso
que acercan a mis resecos labios. El ansia
de agua, una sed constante, es lo que siento.





Traté de cubrir el flanco derecho que estaba
siendo atacado por los persas. Me hirieron
y sé que sobre un escudo volveré a Esparta.




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