domingo, 9 de octubre de 2011

Un poeta desconocido y gélido que surgió del frío


Tomas Gösta Tranströmer
(Estocolmo, 1931)
Premio Nobel de Literatura 2011


DESPUÉS DE UNA LARGA SEQUÍA

Ahora mismo el verano es gris; noches extrañas.
La lluvia se desliza desde el cielo
y en calma aterriza
como si tratase de sorprender a alguien que duerme.

Los círculos de agua pululan en la superficie de la ensenada
y es la única superficie que hay
-lo otro es altura y profundidad,
ascender y hundirse.



Lago de los cisnes en el Parque Nacional de Hamra
(Gävleborg, al este de Suecia)


Dos troncos de abeto
emergen y se estiran en largas, huecas señales de tambor.
Lejos están las ciudades y el sol.
El trueno está en la hierba alta.

Es posible llamar a la isla de los espejismos.
Es posible oír esa voz gris.
Para el rayo, el hierro es miel.
Uno puede vivir con su código.



Fotografía de Tomas Tranströmer tomada en su juventud


SOLEDAD

Aquí estuve a punto de perecer una tarde de febrero.
El coche resbaló de lado en el hielo, avanzó
por la senda contraria. Los coches enfrentados
-sus focos- se acercaron.

Mi nombre, mis bolsillos, mi trabajo
se liberaron y quedaron silenciosos atrás,
cada vez más lejos. Yo era anónimo
como un muchacho en un patio de colegio rodeado de enemigos.

El tráfico contrario tenía luces poderosas.
Me iluminaban mientras yo conducía y conducía
en un terror transparente que fluyó como clara de huevo.
Los segundos crecieron -en ellos se podía encontrar lugar-,
se hicieron grandes como pabellones de hospital.





Uno podía casi detenerse
y respirar un instante
antes de ser destruido.

Entonces apareció un apoyo: un grano de arena que ayudó
o un maravilloso golpe de viento. El coche se soltó
y reptó rápido a través de la ruta.
Un poste fue golpeado y quebrado -un tono claro-
voló en la oscuridad.

Hasta que llegó la calma. Yo seguía en el asiento
y vi que alguien llegaba entre la nevisca
para ver qué había sido de mí.

[Poemas tomados de Tranströmer, Tomas: Deshielo a mediodía, Salamanca, Nórdica, 2011, (trad. de Roberto Mascaró), (colec. "Letras nórdicas"), pp. 217]

 

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