jueves, 8 de diciembre de 2011

Una canción de amor que dice la verdad desnuda



SOLITAIRE 

There was a man, a lonely man
who lost his love, through his indifference.
A heart that cared, that went unshared
and slowly died within his silence. 

Now solitaire is the only game in town.
And every road that takes him,
takes him down. And by himself it's easy
to pretend he'll never love again. 





And keeping to himself, he plays the game
without the love it always ends the same,
while life goes on around him everywhere,
he's playing solitaire. 

Another day, a lonely day,
so much to say that goes unspoken
and through the night,
each sleepless night,
the eyes are closed,
the heart is broken.





A little hope goes up in smoke
just how it goes, goes without saying.
There was a man, a lonely man
who would command the hand he's playing. 

Now solitaire is the only game in town.
And every road that takes him,
takes him down. And by himself it's easy
to pretend he'll never love again. 

And keeping to himself, he plays the game
without a love it always ends the same
while life goes on around him everywhere,
he's playing solitaire. 

(Canción escrita por Neil Sedaka y Phil Cody e interpretada
por varios artistas, entre ellos Andy Williams en 1973)


Howard Andrew Williams
(Wall Lake, Iowa, 1927)

EL SOLITARIO 

Hubo una vez un hombre que perdió el amor
por culpa de su indiferencia y falta de cuidados.
Un corazón que por él suspiraba
permaneció tanto tiempo sin ser compartido
que, muriendo en silencio, terminó desangrado. 

Vivir solitario es ahora el único juego
que le queda por hacer en la ciudad,
y cada calle que se abre a su paso
siente como si le hundiera todavía más.
Piensa que es fácil hacerse creer a sí mismo
que nunca volverá a enamorarse de nuevo.




Manteniéndose fiel a su costumbre, sigue solo.
Sin amor, sus paseos siempre terminan igual.
Mientras la vida sigue palpitando a su alrededor,
él se mantiene viviendo como un misántropo.

 Otro día, otro insufrible día más.
Demasiadas cosas que decir
no saldrán de su boca.
Otra noche, otra noche de insomnio
con los ojos cerrados y el corazón roto.




Sabe que las esperanzas se esfuman pronto.
Tal como vienen, sin apenas notarse se van.
Pero tiempo atrás hubo otro hombre seguro
que hubiera tomado las riendas de su destino.

En cambio, ahora estar solo es su única obsesión.
Y cada posible oportunidad le parece perdida
de antemano, porque se jura a sí mismo
que nunca volverá a querer a nadie
para que no puedan hacerle daño. 

(Traducción de Andrés González Déniz)


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