lunes, 20 de febrero de 2012

Y disfrutar alguna vez con la poesía que me gusta


Mausoleo de Teodorico

RÁVENA

Esta pequeña ciudad soñolienta
llegó a ser la capital del imperio.
Este panadero era un panadero imperial.
Este fuego ardía alto.
El sastre se inclinaba sobre el brocado de oro.
Este oriol cantaba en la lengua de los dioses.


Mosaicos del ábside de la iglesia de San Apolinar in Classe


Rávena es silenciosa, botánica.
Por la tierra plana pasan los tordos.
Las bicicletas charlan entre sí con confianza,
como sordomudos.
Llega a la estación
un tren perezoso de  Ferrara,
dos alemanas discuten
sobre cómo pronunciar solitude.


"Pastoral celeste"
(Mosaico del Mausoleo de Gala Placidia)


Estos ladrillos tocaron dedos.
Estos dedos tocaron los árboles y el metal.
Estas acacias se encaramaban
a la bóveda románica.
En el herbario de las guías
hay un punto de lectura de Rávena
que se aburre un poco.


"Cristo helenizante"
(Mosaico de la Basílica de San Vitale)


En los mosaicos aún arde la llama dorada,
seguro que algún día se apagará.
Pero una cerilla será bastante
para avivarla de nuevo.
Basta un momento de recogimiento.
¿De verdad?

[Poema tomado de Zagajewski, Adam: Mano invisible, Barcelona, Acantilado, 2012, 1ª ed., (traducción de Xavier Farré Vidal), pp. 95]



Adam Zagajewski
(Escritor polaco nacido en Lvov, Ucrania, 1945)

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