PRESENCIA Y PÉRDIDA
Los charcos vuelven a brotar.
La ciudad se refleja, límpida e inversa.
Quizá el aire se torne fresco y la hierba
del parque asome con aromática fluorescencia.
Luego el horizonte ruge y se confunden los líquidos.
Es probable que caiga
una abundante tromba pasajera.
una abundante tromba pasajera.
Lo único cierto es que ni tus pasos, ni siquiera
tu sombra, palpitarán por mi costado
en busca de refugio.
tu sombra, palpitarán por mi costado
en busca de refugio.
HUIDA
Ni localización ni control,
ni exponerse ante los demás.
ni exponerse ante los demás.
Se trata de no estar para no ser.
A veces compensa.
Augusto Vives
(Las Palmas de Gran Canaria, 1964)
INTROVERSIÓN MISANTRÓPICA
El silencio como redención.
Voluntad de no contar para nadie,
excepto para uno mismo.
excepto para uno mismo.
Lo que no se pronuncia se desconoce.
El pensamiento es ligero, no ocupa lugar.
Volátil e invisible.
Así se burla la marea de voces
que amenaza devorar la intimidad.
que amenaza devorar la intimidad.
PRIVACIDAD
Ser todo menos presencia para los otros.
Que ayunen y asuman esa dieta de soledad.
Robo legítimo de lo único que,
al parecer, nos pertenece.
al parecer, nos pertenece.
DETENIMIENTO
Que la vida pare un instante.
¿Acaso no es lícito desaparecer de manera breve?
Al menos, que la quietud nos ampare.
(Fotografía de Nacho González Oramas)
PERSPECTIVA
Apartarse para guardar la distancia necesaria
que permite apreciar de mejor modo
aquello que motiva el estremecimiento.
que permite apreciar de mejor modo
aquello que motiva el estremecimiento.
MIGRACIÓN
Si el traslado implica una desaparición, ¿cabe preguntarse quién vivirá esa vida que no es?
MEMORIA VIVA
La desaparición física no garantiza el olvido.
Al contrario, perdura con más viveza quien se ausenta, por trámite imperioso del recuerdo.
[Fragmentos de poemas escritos por Eduvigis Hernández Cabrera incluidos en La lógica del rastro, Las Palmas de Gran Canaria, Gas Editions, 2012, (ilustraciones de Augusto Vives), pp. 73]
Eduvigis Hernández Cabrera
(Treinta y Tres, Uruguay, 1961)
(Fotografía de María del Pino Marrero Berbel)
Buenas reflexiones sobre la existencia misma. Me gustaría que nos dieran un espacio en esta vida llena de violencia. Que pare un instante esta ola de violencia. Eso es lo que quisiera.
ResponderEliminarCreo en la otra vida, la que llevamos a la vez que esta, la de los sueños.
Un beso Andrés. Hace tiempo no te veo por mis lindes.
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Fotos de mi tierra
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