martes, 4 de septiembre de 2012

El Atlético se corona como el mejor club de Europa

  

ATLÉTICO 4 - 1 CHELSEA
  
 
Mientras otros equipos se dejan arrastrar por las terrestres vanidades mundanas, el Atlético de Madrid se encomienda a quien reina en los mares de nuestro planeta azul, el dios Neptuno
 
 
El palco del estadio Luis II de Mónaco vio de nuevo alzar a los atléticos la Copa que los acredita como supercampeones de Europa en este año 2012
 
 
Los colores de la bandera colombiana casualmente contienen también los de la selección española, el Fútbol Club Barcelona y la Unión Deportiva Las Palmas
 
 
Radamel Falcao García
(Santa Marta, Colombia, 1986)
Sólo necesitó medio tiempo del partido para realizar tres goles en una noche inolvidable e histórica para simpatizantes e incondicionales del Atlético de Madrid
 
 
El 27 de agosto de 2010 también ganó la Supercopa de Europa en el mismo escenario derrotando al Inter por 2 a 0 con goles de José Antonio Reyes y Sergio Leonel "Kun" Agüero
 
 
Aquí vemos a Reyes celebrando el primer gol que le hizo encajar al meta interista Julio César para conseguir la primera Supercopa rojiblanca
 
 
Un éxtasis de júbilo se apoderó de las buenas gentes del pueblo en las calles de la ciudad de Madrid por el éxito conseguido tras una larga historia de sufrimientos, reveses y apuros
 
 
El Atlético tiene en su presidente, Enrique Cerezo, a un hombre humilde y sensato que no hace gala de la chulería y el despilfarro ostentoso de los vikingos de la Mafia Blanca
 
 
Además de un hombre, Diego Pablo "el Cholo" Simeone (Buenos Aires, 1970), es un mito como jugador colchonero por su empuje y bravura. Encima, ahora aquilata su leyenda como entrenador por colocar al Atlético en la cima de la gloria
 
 
¡Qué hermosa imagen dio el Atlético de Madrid con su fútbol demostrando que la lucha y la unión pueden derrotar los lujos y privilegios de equipos hechos con mercenarios de postín!
 

Estoy convencido de que los aficionados del Atlético de Madrid
mantendrán encendida una llama que no se extinguirá nunca

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