miércoles, 30 de octubre de 2013

La mujer a la que sobraba talento para la sátira

 
Dorothy Parker
(Long Branch, 1893 - New York, 1967)
 
ROSEMARY
 
I wear your fragant memory,
like a spray of mignonette,
as I tread the winding ribbon of the years.
How clear the radiant image of you
stands before me yet
in the thousand little mirrors of my tears.
 
And ah, my dearest love,
when I forget the way to dream
I´ll forget your silent nearness in the dark,
where the languourous lilies
floated on a quiet woodland stream...
Or were you the one I´d meet in Central Park?
 
The love of you was sudden
and the heart of you was strong;
there were leaping little devils in your eyes;
your laughter rode the morning
like a joyous May-day song.
No, I guess that must have been
two other guys.
 
 
Dorothy concibió tantas frases ingeniosas y brillantes que los críticos han acuñado un neologismo para referirse a ellas: "parkerismos"
 
Could I forget your April smile,
the shining way of you,
could I forget your method so adroit?
Could I forget those stories
of the other girls you knew?
Or was that the butter-and-egg man
from Detroit?
 
A pair of truant children,
we would often steal away
where the city's voice was gloriously mute
and plan the little cottage
we should have one happy day...
Or were you the boy
that had the wife in Butte?
 
You had my first, my golden love,
and though we're torn apart,
through all the circling years,
I´ve been the same.
Your name is ever written
on the pages of my heart
and, by the way, my dear:
what was your name?
 
(Poema escrito por Dorothy Parker)
 
 
Llegó a decir que le encantarían los niños de unos vecinos
si fueran tan educados como los perros que tenían en el jardín
 
ROSA MARÍA
 
Llevo tu recuerdo perfumado,
como un ramillete de reseda,
al caminar por la sinuosa cinta de los años.
Con qué claridad tu radiante imagen
se alza aún ante mí
en los mil espejitos de mis lágrimas.
 
Y, ah, mi más querido amor,
cuando olvide cómo soñar,
olvidaré tu cercanía silenciosa
en la oscuridad,
donde unos lirios lánguidos flotaban
en un tranquilo riachuelo del bosque...
¿O eras el que veía en Central Park?
 
El amor tuyo fue repentino
y tu corazón fue fuerte;
tenías unos diablillos saltarines en los ojos;
tu risa cabalgaba por la mañana
como una jubilosa canción
del primero de mayo...
No, supongo que aquellos
eran otros dos tipos.
 
 
En otra ocasión dijo de una dama de la alta sociedad,
cuando se marchaba de una fiesta, que era capaz de hablar
dieciocho idiomas pero no sabía decir que no en ninguno
 
¿Podría olvidar tu sonrisa de abril,
las maneras resplandecientes tuyas,
podría olvidar tu estilo tan hábil?
¿Podría olvidar aquellas historias
de las otras chicas que habías conocido?
¿O eso fue el lechero de Detroit?
 
Un par de chiquillos truhanes,
a menudo nos escapábamos
 a donde la voz de la ciudad
se quedaba gloriosamente muda,
y soñábamos con la pequeña casita
que tendríamos un bonito día...
¿O eras aquel chico que tenía
a su esposa en Butte?
 
Tuviste mi primer, mi dorado amor,
y aunque estamos lejos,
durante todos estos años
que han pasado, he seguido igual.
Tu nombre está grabado para siempre
en las páginas de mi corazón...
Y, por cierto, querido:
¿cómo te llamabas?
 
(Traducción de Guillermo López Gallego y Cecilia Ross)
 
 
A Dorothy Parker se le atribuye la siguiente crítica sobre un libro de narrativa: "Esta no es una novela que se pueda dejar de lado a la ligera. Habría que tirarla con fuerza a la basura"

No hay comentarios:

Publicar un comentario