domingo, 17 de noviembre de 2013

Puede haber un amigo por muy mal que vaya todo

 
Lou Reed
(Lewis Allan Reed)
(New York, 1942 - 2013)
 
TURN TO ME
 
If you gave up major vices,
you're between a hard place and a wall
and your car breaks down in traffic
on the street, remember
I'm the one who loves you,
you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
baby, turn to me.
 
If your father is free basing
and your mother turning tricks,
that's still no reason you should have a rip.
Remember, I'm the one who loves you
you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
 
When your teeth are ground down to the bone
and there's nothing between your legs
and some friend died of something
that you can't pronounce, ah!
Remember, I'm the one who loves you.
Hey, baby, you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
 
 
Lou Reed con Nico (Colonia, 1938 - Ibiza, 1988) a finales
de los sesenta cuando formaban "The Velvet Underground"
 
You can't pay your rent,
your boss is an idiot
and your apartment has no heat
and your wife says: "Maybe
it's time to have a child".
Remember, I'm the one who loves you
and you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
 
When it's all too much
you turn the TV set on
and light a cigarette
and then a public service announcement
comes creeping on
and you see a lung corroding
or a fatal heart attack,
turn to me, turn to me,
baby, turn to me,
I'm just a phone call away.
 
Turn to me, turn to me.
Hey! Turn to me.
(One bend over dollar).
Turn to me, baby,
turn to me.
 
(Canción compuesta e interpretada por Lou Reed
en el álbum “New sensations” que se publicó en 1984) 
 
Lou Reed estaba dotado de talento desde muy joven
 
CUENTA CONMIGO
 
Si dejaste los grandes vicios,
te sientes entre la espada y la pared
y tu coche se averió en medio del tráfico,
recuerda que soy el único que te valora
y puedes hacerme siempre una llamada.
No temas, telefonéame cuando quieras.
Recurre a mí. Es algo que no falla.
 
Si tu padre no tiene un empleo estable
y tu madre hace milagros para sobrevivir,
no hay razón alguna por la que debas
desgarrar tus vestiduras y desesperarte.
Recuerda que todavía hay alguien
que te aprecia. Soy el último recurso
al que puedes acudir. Llámame, no lo dudes,
coge el teléfono y marca mi número.
 
Cuando estés enterrado hasta los dientes
y no tengas a nadie que te dé placer
entre las piernas, e incluso te llegue
la noticia de algún amigo muerto
por una enfermedad innombrable,
tampoco te vuelvas loco. Recuerda
que tienes en mí alguien que puede
ayudarte. Ven a mi lado. Llámame.
 
 
Lou Reed en los años setenta cuando intentaba
desengancharse de la heroína que casi acaba con él
 
¿Resulta que no puedes pagar el alquiler,
que tu jefe es un idiota insoportable,
en tu piso no hay calefacción
y tu esposa viene diciéndote
que ya es hora de ir pensando
en tener un hijo? No te alarmes.
Yo soy el ángel de la guarda
a quien siempre puedes pedir auxilio.
Vuelve a mí. Échame una llamada
telefónica o envíame un mensaje.
 
Cuando ves que ya no aguantas más
te pones a mirar la televisión,
enciendes un cigarrillo y te entretienes
mirando anuncios. Entonces compruebas
que quieren asustarte con una campaña
anti-tabaco mostrándote
un pulmón negro carbonizado
y un hombre que cae al suelo
fulminado por un ataque al corazón.
 
Si estás hasta las narices de todo,
no vayas a cometer ninguna tontería,
no des ningún paso en falso,
no te rindas y arrójate a mis brazos.
Piensa en mí. Llámame. Hacerlo
te costará sólo un billete de dólar
doblado y arrugado. Una minucia.
No es nada comparado con la ayuda
que vas a conseguir. Confía en mí.
 
(Traducción de Andrés González Déniz)
 
 
Lou Reed: un mito que ya cruzó el umbral que nos separa de la otra vida

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