miércoles, 23 de marzo de 2016

Aquí van diez años en la vida de un escritor

 
[Malpartida, Juan: Al vuelo de la página, Madrid, Editorial
Fórcola, 2015, 2ª edición, 462 páginas, precio: 18'75 euros]
 
UNAS MEMORIAS
DESHILACHADAS
 
Juan Malpartida decidió, siendo muy joven, convertirse en escritor y este libro atestigua las preocupaciones que le suscita la creación literaria y los juicios que le merece algún que otro escritor. Critica el amiguismo en la literatura, pero da la impresión de practicarlo con Octavio Paz y Andrés Sánchez Robayna. Hasta él, tan impoluto como quiere presentársenos, incurre en el sectarismo que denosta. Menos mal que da cuenta de la mezquindad que practicaba José Ángel Valente endiosándose a sí mismo y ninguneando a los demás al creerse el heraldo del misticismo en la poesía.
 
 
Octavio Paz
(Ciudad de México, 1914 - 1998)
Un gran escritor al que durante 30 años persiguió su primera
esposa, Elena Garro, intentando hacerle la vida imposible
 
En una edición abundante en errores y descuidos tipográficos (por poner unos ejemplos: en la página 256, donde se lee "me emocionan mucho más Lope que Góngora", debe leerse "me emociona mucho más Lope que Góngora"; en la página 271, donde vemos “mi pensamiento se resumen en esto”, deberíamos ver “mi pensamiento se resume en esto”; en la página 355, donde aparece “esta media es inicio de un juicio moral asesino”, debiera aparecer “esta medida es el inicio de un juicio moral al asesino”; en la página 404, donde pone “no podía responden a sus preguntas”, debe poner “no podía responder a sus preguntas”; en la página 460: donde dice “quince millones de años” debería decir “quince mil millones de años”, etc.), llama la atención que critique la ligereza con la que otros lanzan a la imprenta sus libros, como hace con Félix de Azúa y sus Lecturas compulsivas (1999), a las que con razón achaca no haberlas revisado a fondo.
 
 
Félix de Azúa
(Barcelona, 1944)
Escritor, novelista, poeta, traductor, filósofo, ensayista y profesor
 
Este diario, que Malpartida califica de palimpsesto por cuanto tiene de reescritura y de alusiones que esconden las palabras utilizadas remitiendo a otras, es un ejercicio intelectual grato para el lector que busque en unas páginas ver reflejado cómo se mortifica un escritor para decir algo que merezca la pena ser leído. Malpartida salpica su discurso con anécdotas deliciosas, como aquella de que en Vietnam se comen las serpientes y al comprarlas en la tienda se venden por metros y no por kilos. O aquella otra en la que Ernesto Sábato le hace una pregunta sobre pintura a Pepe Hernández y al ver que no sabe contestarle, aprovecha para decir que eso demuestra “la habitual incultura de los pintores”.
 
 
Ernesto Sábato
(Rojas, 1911 - 2011, Santos Lugares)
Escritor, novelista, físico, ensayista y pintor
 
Además, nos revela aspectos desconocidos de grafómanos, como es el caso de Manuel Vázquez Montalbán, un comunista que comía en restaurantes caros, tenía una gran masía y disfrutaba de un yate propio, lo que nos hace sospechar si no sería un beneficiado del régimen surgido de la Transición que cumplía su papel como libelista del PSUC en la oposición. Espero que no fuera recompensado con dinero de las cloacas del Estado y se ganara a pulso lo que cobraba con los libros que publicó, algo difícil de creer en un país donde apenas se lee. Encima, eso de venir a morirse en el aeropuerto de Bangkok, ciudad donde el turismo sexual con menores es una aberración permitida, no es que ayude mucho a mejorar la imagen de quien siendo gordo y calvo ya de por sí no era lo que se dice un primor.
 
 
Manuel Vázquez Montalbán
(Barcelona, 1939 - 2003, Bangkok)
Un comunista de boquilla y bon vivant de la rive gauche de caviar
 
Malpartida saca a relucir sus fobias sin disimulo. Las lima para que no parezcan determinantes, pero aun así se agradece que no las oculte: ente ellas parecen estar Eduardo Haro Tecglen, Rafael Alberti, José Luis García Martín y Ernesto Sábato. Del primero aduce que era un falangista exaltado en sus inicios y después un totalitario estalinista de la peor condición; del segundo, que su poesía no le impacta; del tercero, que en sus antologías de poesía se empeña en dejar fuera a los autores hispanoamericanos, y del cuarto, que no sabe escribir con un mínimo decoro sintáctico. Bueno, sus razones tiene y cualquiera que se precie de ser escritor cultiva sus odios particulares, entre otras adicciones y manías, cómo no.
 
 
Eduardo Haro Tecglen
(Pozuelo de Alarcón, 1924 - 2005, Madrid)
Primero fascista, luego estalinista, pero siempre totalitario disfrazado de republicano de las causas perdidas y demócrata de toda la vida
 
Como toda bitácora personal que se escribe a vuela pluma, el texto resultante es irregular. Tiene momentos de reflexión poética interesantes, linda con el ensayo en otras ocasiones, e inevitablemente sufre caídas en las que incurre en la banalidad o los mismos vicios que en otros denuncia. Por ejemplo, cuando dice que en los diarios de Thomas Mann éste se dedica a enumerar cuándo come, a qué hora se levanta o si se afeita o no. También Malpartida tiene momentos descriptivos de su estado de ánimo o contemplación exterior que no aportan nada salvo a su narcisismo y podrían suprimirse sin que se perdiese nada importante el lector.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Juan Malpartida Ortega
[Marbella, (Málaga), 1956]
Escritor, ensayista, poeta, novelista, traductor y crítico literario

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