martes, 22 de marzo de 2016

La camorra vista como una cadena de vendettas

 
Esta película de estilo "neo-noir" dura 134 minutos
 
SUBURRA
(2015)
 
La Suburra fue un barrio de mala nota donde nació Cayo Julio César en el año 100 antes de nuestra era. Tan peligroso era entonces que ha dado motivo para titular esta película basada en una novela homónima escrita por Carlo Bonini y Giancarlo De Cataldo. El nudo de la trama gira en torno a un macroproyecto de casinos al estilo de Las Vegas, denominado “Waterfront”, que se pretende construir en Ostia con dinero de varias mafias italianas y el mismísmo Vaticano. Curiosamente, ya en época del emperador Claudio (siglo I d. C.) la corrupción política y la económica se habían dado la mano allí, pues el puerto que se construyó entonces costó mucho más de lo presupuestado por las comisiones que se llevaron constructores, senadores e intermediarios.
 
 
 Pierfrancesco Favino
(Roma, Italia, 1969)
Un gran actor absolutamente creíble en el papel de político corrupto
 
Las organizaciones mafiosas quieren que un político en concreto consiga sobornar a otros para que salga adelante el megaproyecto de Ostia con la votación que sobre dicho asunto tendrá lugar en el congreso del Palacio Chigi. Se llama Filippo Malgradi (Pierfrancesco Favino) y tiene un problema grave, pese a que el aforamiento le permita sentirse inmune, y es que en una sesión de drogas y sexo con dos prostitutas, una de ellas (menor de edad) murió por una sobredosis de crack que fumaron juntos. La molesta víctima será arrojada a un estanque artificial en las afueras de Roma, pero su cadáver será encontrado más tarde poniendo nervioso a Filippo Malgradi, sobre todo cuando tema no ser reelegido para el cargo de diputado y pueda así perder la inmunidad. 
 
 
Giulia Elettra Gorietti
(Roma, Italia, 1988)
Apunta más cualidades como modelo que como actriz
 
Paralelamente, vamos viendo a otros personajes que se mueven en el territorio del hampa. Sicarios, guardaespaldas, capos, un emisario importante de las más altas instancias de la mafia apodado “Samurai” (Claudio Amendola), y un gitano mafioso cruelmente bestial, Manfredi Anacleti (Adamo Dionisi). El hermano de este último será asesinado por ser ambicioso y chantajista con el político Filippo Malgradi, a quien amenazó con soplar a la policía el turbio asunto de la menor fallecida si no le daban el 20% de los beneficios en los futuros casinos de Ostia. Se enteró porque la otra prostituta involucrada recurrió a él para desembarazarse del cadáver.
 

Elio Germano
(Roma, Italia, 1980)
Interpreta a un hijo desposeído de todo por las deudas de su padre
 
Filippo Malgradi reaccionó y quiso darle un susto enviándole a un esbirro, Aureliano Adami, conocido como “Número 8” (Alessandro Borghi), pero en vista de que Alberto “Spadino” Anacleti (Giacomo Ferrara) no sólo no se achantó sino que alardeaba de estar haciéndose muy poderoso, Aureliano Adami tuvo que asesinarlo con un puñal a las afueras de un night club situado al sur de la ciudad eterna. A partir de este momento se producirá una espiral de violencia provocada por la sed de venganza de su hermano, el despiadado Manfredi Anacleti. La escena del tiroteo con sus matones intentando asesinar al “Número 8” en un supermercado es de las más realistas y mejor conseguidas de la película.
 
 
Alessandro Borghi
(Roma, Italia, 1986)
Hizo una alucinante actuación increíblemente adecuada
 
Como ocurre en todo buen thriller de acción, aquí también se incluye una secuencia de coches a toda velocidad por las calles romanas. Si añadimos la escena del suicidio del padre de Sebastiano (Antonello Fassari) lanzándose desde el puente Vittorio Emmanuele II al Tíber, o la de Bacarozzo (Nazzareno Bomba) atropellado adrede por un coche, habremos de concluir que a este film no le falta ningún ingrediente del género negro. La novia de Alessandro Borghi, el capo de Ostia conocido por el sobrenombre de “Número 8”, por ejemplo, será la drogadicta que cuando maten a su pareja (intentando también liquidarla a ella, aunque sin conseguirlo), tratará de tomarse la revancha, sentimiento que parece regir el código de honor del lumpen. La degradación física que le veremos sufrir desde que aparezca en pantalla hasta la última vez que se inyecta heroína es palpable.
 
 
Greta Scarano
(Roma, Italia, 1986)
Cumplió en el rol de heroinómana con excelente dramatismo
 
Si están todos los elementos necesarios de las historias policiacas, deberíamos concluir que se trata de una obra bien hecha. Y así es, si salvamos la distancia conceptual del cine americano con el europeo, es decir, sus diferentes perspectivas. En la cinta dirigida por Stefano Sollima el color de la fotografía es muy sombrío y la espectacularidad de las acciones con disparos no abusa de los efectos especiales. Todo lo que vemos deviene en sórdido e implacable, dando la impresión de estar asistiendo a un trasfondo que los medios de comunicación de masas nos ocultan tergiversándolo: un submundo inconfesable de ambiciones, egoísmos y crímenes.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz) 
 
 
 Adamo Dionisi
(Roma, Italia, 1965)
Un sobresaliente actor repleto de energía y dotes irreprochables

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