domingo, 18 de septiembre de 2016

Las memorias de un genio escatológico y narcisista


 
Salvador Dalí i Doménech
(Figueras, Gerona, 1904 - 1989)
Un pintor excepcional
 
CONFESIONES
INCONFESABLES
 
“Yo soy esnob, es decir, me gusta
ser visto en los lugares de difícil acceso”
 
“Les digo que el mundo tiene necesidad de esoterismo, pues el racionalismo lo ha devastado todo”
 
“En todos los intentos del arte moderno hay una sola preocupación: la de crear la discontinuidad de la materia. Los impresionistas comienzan con la discontinuidad de la luz”
 
“El delirio paranoio-crítico es el único
capaz de dar cuenta de la disarmonía de lo real”
 
“La infame arquitectura de monsieur Le Corbusier”
 
“Meissonier es el último pintor de talento.
Tras él se abre el período del desastre”
 
 
 
“Picasso no ha hecho otra cosa que proyectos. Necesitaba pintar cien cuadros sobre el mismo tema porque nunca sabía cuál era el bueno. El trabajo de elegirlo lo dejaba para los otros. Lo único que jamás consiguió fue un verdadero cuadro. ¡Ni una sola obra maestra…! Sólo una cantidad prodigiosa de pinturas satíricas. Era un bárbaro. De ahí su éxito en una época en que no se buscaba más que el efecto inmediato”
 
“Picasso no sabía más que copiar deformando”
 
“Todo pintor debe tener una formación ultraacadémica. Y sólo después , a partir de este virtuosismo, puede haber alguna otra cosa, es decir, el arte”
 
“Yo tenía sobre Picasso una superioridad: la de saber que era el salvador de la pintura moderna que él se encarnizaba en destruir”
 
“En el arte de Picasso hay tantos períodos como mujeres en su vida. Era sádico para gozar mejor de la existencia; respiraba el sufrimiento de los otros. Un día dijo que su mejor recuerdo era el de la pelea de dos mujeres —una a la que ya no amaba y otra a la que no amaba todavía— que riñeron por él. La escena la había provocado él mismo pintando a una de ellas con el corsé de la otra. No trató ni de separarlas”
 
 
Pablo Ruiz Picasso
(Málaga, 1881 - Mougins, 1973)
Un artista empeñado en destruir la pintura en opinión de Dalí
 
“Yo soy el Don Quijote de la irrealidad”
 
“Mi pintura tiene un carácter de revelación prodigiosa”
 
“Mi minuciosidad atenta se opone
a la gran pereza del arte moderno”
 
“Todo mi arte traduce la calidad de la angustia más moderna en cuanto expresión de un delirio que rebasa todas las dimensiones de lo real”
 
“No hay obra maestra perezosa. Toda creación exige la tensión de todo el ser, no le basta con el talento”
 
“La libertad es la hipocresía burguesa”
 
“Gaudí, el admirable, realizó una belleza que es el súmmum de la consciencia de nuestras perversiones”
 
“El templo expiatorio de La Sagrada Familia es la más perfecta iconografía del cristianismo y de la piedad popular”
 
 
Picasso se burló de La Sagrada Familia de Gaudí diciendo que parecía una ratonera, mientras que Dalí la elogió hasta la glorificación
 
Todos los regímenes no hacen más que remedar el orden monárquico con más o menos demagogia y eficacia. Son máscaras de la jerarquía monárquica. Señuelos para hacer pasar en los circuitos mentales de las gentes los impulsos, las órdenes, las normas que de otra forma no aceptarían”
 
“Es preciso vaciar todas las mañanas la canasta del pasado —decía Coco Chanel—, pues de lo contrario el peso de la vida os arrastra pronto por el polvo en compañía de los fantasmas y de los imbéciles”
 
“Coco Chanel se ha vestido siempre como el hombre independiente y fuerte que ella hubiera soñado ser”
 
"Toda su vida Coco Chanel no ha hecho sino transformar para la mujer la vestimenta del hombre"
 
“La conversación con Helena Rubinstein era un monólogo napoleónico. Enumeraba sus victorias, dictaba su voluntad y todo desembocaba en el dinero”
 
“Helena Rubinstein con el relumbre
de sus joyas quería hacer olvidar su edad”
 
“Basta de falsa democracia basada en una pretendida igualdad. A cada cual según su mérito”
 
“El dibujo es la probidad del arte”
 
[Parinaud, André (entrevistador): Dalí, confesiones inconfesables, (Comment on devient Dalí, 1973), Barcelona, Bruguera, 1975, 1ª edición en español, foto de la sobrecubierta de Marc Lacroix, pp. 445]
 
 
Dalí creía en la preservación de la salud a través
de la observación diaria de sus propios excrementos

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