sábado, 6 de mayo de 2017

Un nuevo Ulises desea volver a su reino de Ítaca

 
La banda sonora es de Luca Balboni y Andrea Bonini
 
MINE
(MINA ANTIPERSONAS)
(2016)
 
Un exponente del cine bélico que guarda concomitancias con trabajos de otro género como “127 horas” (2010) y “La vida de Pi” (2012), películas en las que un hombre debe afrontar en solitario numerosas adversidades, eco homérico de “La Odisea”, una obra imperecedera que sobrevive en el imaginario espiritual de la humanidad. Rodada en Fuerteventura, el espacio en el que se desarrolla se supone que es el norte de África, donde opera el yihadismo y han tenido lugar guerras atroces como la de Libia para expulsar a Gadafi, quedando como resultado un caos de fuerzas peligrosas para los intereses norteamericanos.
 
 
Armie Hammer
(Los Ángeles, California, 1986)
Este joven reúne todos los requisitos para llegar a ser un gran actor
 
El nudo de la acción se centra en que el sargento Mike Stevens (Armie Hammer) ha pisado una mina antipersonas y sabe que, si retira el pie del suelo, estallará en mil pedazos. Deberá permanecer 52 horas en esa posición a la espera de que vengan a rescatarlo, si es que le pueden ayudar para entonces. Los refuerzos tardan porque han de hacer frente a otros ataques de rebeldes, y encima el GPS se le ha roto, por lo que el pobre suboficial no puede comunicar con exactitud su posición geográfica. En un principio el actor protagonista iba a ser rechazado para el papel, sin embargo, afortunadamente lo contrataron y pudo demostrar que era idóneo. En efecto, tiene el físico apropiado y actuó de manera irreprochable.
 
 
Tom Cullen
(Aberystwyth, Gales, 1985)
Otro exponente de la inagotable escuela dramática británica
 
Las críticas a esta película han sido negativas de forma injusta y desmesurada. Algunos críticos exigen demasiado del séptimo arte y sólo ven defectos quizá por sus excesivas exigencias. No parecen tener en cuenta las virtudes, como por ejemplo, el montaje de Matteo Santi, Fabio Guaglione y Filippo Mauro Boni. Lo hicieron tan bien que lograron conferirle agilidad a un guion hasta cierto punto previsible y monótono. Ésta es, además, la ópera prima de los dos realizadores que la dirigen, Fabio Guaglione y Fabio Resinaro, un hecho que debería disculparles, pero es que no necesitan excusa alguna porque han logrado demostrar amplios conocimientos cinematográficos eligiendo siempre las mejores opciones posibles en la colocación de la cámara.
 
 
Annabelle Wallis
(Oxfordshire, Inglaterra, 1984)
La añorada Penélope que aguarda el regreso a casa de Ulises
 
Los ojos y la expresión facial de Armie Hammer recuerdan al Clint Eastwood de los westerns en los que aparecía con los labios resecos en parajes desérticos empuñando un revólver. Aquí encarna a un especialista francotirador con un rifle de mira telescópica que intentará superar varias pruebas al límite de la resistencia humana. Rodar las escenas nocturnas con ataques de perros vagabundos requirió el uso de ordenadores y se nota, así como las tres tormentas de arena que aparecen en la pantalla no hubieran podido conseguirse sin el auxilio de la recreación informática. 
 
 
Clint Dyer
(Londres, Inglaterra, 1968)
Inmejorable interpretando a un pobre y sabio nómada bereber
 
Tom Cullen ejecuta el rol de Tommy Madison,  el militar que acompaña al sargento Mike Stevens en la misión encomendada. Cumple muy bien su papel, aunque sin alcanzar la brillantez con que resuelve el suyo Armie Hammer. La película pretende dejar un mensaje antibelicista con el arrepentimiento del sargento Mike Stevens, pues se da cuenta de que si no hubiera elegido enrolarse en el ejército ahora no estaría en esa situación tan desesperada. También busca la reconciliación imposible con los terroristas, a quienes se les da la palabra mediante un portavoz extraño, un bereber que le socorre un poco. En la misma línea, los dos  marines no matan al principal objetivo que tenían y dejan la misión abortada. El sinsentido de la guerra es el mal sabor de boca que pretende dejarnos este largometraje de 111 minutos de duración que oculta una gran sorpresa en un final inesperado.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
El horror de la sinrazón de la guerra queda patente en esta cinta

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